Regresar a Civilizaciones

 

 

EDETANOS

 

 

Dice un vate griego que cuando nace Helios sobre el Jardín de las Hespérides, es Edeta la primera ciudad que su faz ilumina. Ésta es la capital de los íberos edetanos, a quienes da nombre insigne. Son éstos los más ricos de entre todos los íberos, dejando a parte a los turdetanos. Su país se extiende entre los ilergavones y el rio Sucro, que los separa de los contestanos, quedando a su espalda los primeros peldaños de la Iduobeda. Sin embargo, su costa se halla erizada de radas, ensenadas y puertos naturales, así que no es demasiado raro ver navios de todos los pueblos –fenicios, helenos, etruscos e incluso egipcios- cabotando con pesadez a lo largo de su costa para intercambiar su vino, su aceite y sus mejores artes con el producto de las fértiles huertas edetanas. Junto a sus primos del sur, dominan todo el levante y la fortificada ciudad de Arse, Sagunto para los romanos, vigila las incursiones de turboletas y olcades, montañeses y bandidos siempre ávidos de botín. Los edetanos son hombres piadosos, veneran a sus dioses y respetan a sus caudillos, a quienes siguen valerosamente al combate, con sus extremidades embadurnadas con ese extraño barro negro que las protege como el mejor curtido cuero de vaca, mientras empuñan sus curvas espadas de un solo filo y sostienen ante sí grandes escudos adornados con la imagen de los más salvajes animales y las más extrañas y deformes plantas. Pero también son muchos los que se dan a la guerra por botín y soldada. Los cartagineses aprecian grandemente su hábil uso de las soliférrea y hay quien dice que una nube de ardientes falaricas edetanas es espectáculo digno de verse… siempre que no venga hacia ti.

 

UNIDADES:

Caetrati pesado edetano:

Tipo de tropa: infantería media.

Habilidades: Bonificación contra carros y elefantes. Disciplina normal. Moral media. Esconderse en bosques. Grito de batalla.

Capacidades: Durante la batalla, ejercen labores de escaramuza delante del grueso del ejército, acosando al enemigo, separando unidades hacia emboscadas y dificultándoles la maniobrabilidad. Luego se retiran detrás de las tropas pesadas, y, en el transcurso del combate, buscan los flancos y retaguardia del adversario antes de lanzar su carga. Dado que van equipados con una armadura de escamas, son más lentos que los caetrati ordinarios, pero también tienen mayor aguante en la pugna, lo que les hace más fiables en el cuerpo a cuerpo.
Si el enemigo rompe las líneas propias de la infantería pesada, empezando ésta la fuga, la infantería ligera podrá cerrar filas detrás de sus compañeros y contener la avalancha en lo que éstos se reorganizan.
Llevan entre 6 y 10 venablos, que al ser arrojadas alcanzan distancias mayores a los 55-70 metros. El venablo es un arma corta de unos 75 centímetros.

Descripción: El infante edetano va vestido con una túnica corta, generalmente de lana o lino, con o sin mangas. Cubría ésta con una armadura de pecho y faldellín abierto por los lados, hecha sobre una base de esparto de dos piezas sujeta por los costados por cuerda anudada y de los hombros por dos tirantes cortos. Disponía en la parte superior placas de 3 o 4 cm, que se solapaban de arriba hacía abajo hasta el vientre.